Sobre el orden y el sistema
Los negocios deben construirse sobre un plan claro y un sistema estricto. El orden es la base de cualquier cosa. Cuanto más ordenado sea, más eficaz será el trabajo. El que tiene orden en su negocio siempre está tranquilo. El que tiene orden en su trabajo descansa más. El que tiene orden sabe cuándo terminar su trabajo y qué va a hacer luego. El que no tiene disciplina, al contrario, empieza a hacer diez cosas a la vez y no consigue hacer nada; todas las cosas quedan a medio hacer. Este tipo de personas rara vez tiene éxito.
Pero no se deje llevar demasiado por el orden, manténgase en el medio.
En un restaurante, cuidaban mucho de que todo estuviera en orden. Cuando un camarero se enfermó, el dueño pensó que era malo no tener el equipo completo de camareros. Encontró un empleado en el almacén, le dio un uniforme de camarero e instrucciones:
—¿Sabes cómo trabajan los camareros?
—Señor, lo sé todo, pero nunca lo he hecho.
El jefe puso al camarero detrás de las dos sillas de los invitados y dijo:
—Aquí hacemos todo según el sistema. Primero le traes a cada caballero una sopa. Cuando la tome, le preguntas qué es lo que va a comer a continuación.
—Está bien, entendí el sistema —respondió el camarero.
Pronto llegaron los invitados. Puso la sopa delante de ellos. Uno de ellos comió su porción, el otro no, y le dijo al camarero:
—Llévese el plato y tráigame el pescado.
A lo que el camarero respondió, recordando el sistema:
—No hasta que se tome la sopa.
Promocione su negocio
Todos dependemos de la sociedad. Todos comerciamos con ella: abogados, médicos, presidentes de empresas. Por eso es tan importante contarle a la sociedad sobre su producto.
Si hace publicidad de su producto, este tiene que ser de buena calidad y debe venderlo al precio que está anunciando. Tiene un buen lote de producto. Pero ¿quién lo sabe? Haga publicidad, mucha publicidad, y los compradores vendrán a usted.
Los periódicos de hoy se publican en grandes cantidades. Un periódico lo leen los niños, su madre y, por supuesto, el padre de familia. Incluso mientras usted duerme alguien lo lee.
Pero si hace trampas, la publicidad no le ayudará, el producto no se comprará. Los compradores se darán cuenta del engaño. A menudo son más inteligentes de lo que pensamos.
Si el producto es bueno, después no tendrá que hacerle publicidad tan activamente, con menos publicidad se seguirá vendiendo igual. Pero el primer paso en cualquier negocio es publicarlo en un periódico. ¡Anuncie, publicite, promocione! Quien publica, consigue clientes. Y los clientes dan ganancias. A la gente le gusta comprar cosas buenas y baratas. Si usted está dispuesto a vender un buen producto barato, anúncielo, grítelo para que todos lo oigan.
Publicaciones impresas, folletos, listas de precios, etc. Haga esto no sólo en su ciudad. Diríjase al “gran público”, a las provincias, a todo el país. En todas las partes del mundo a la gente le gusta comprar algo bueno a precio bajo.
No se puede publicitar a medias: empezar y dejar. Es necesario publicar siempre, sin parar. Cada publicación trae nuevos clientes. Incluso una breve publicación recuerda al público sobre la empresa. A veces la gente se queja:
—Hacía publicidad, pero no hubo ningún efecto.
—¿Cómo lo anunciaba?
—Tres veces en la misma revista semanal.
—Fue un desperdicio de dinero.
La publicidad es como la educación. Tener un poco de educación es peor que no tener ninguna. Así es como lo explica un escritor francés:
“La primera publicación no se nota en absoluto; la segunda la ven pero no la leen; la tercera la leen; en la cuarta miran el precio; en la quinta muestran su anuncio a alguien; en la sexta se atreven a intentarlo y solo en la séptima van a su tienda y compran”.
Por lo tanto, no es suficiente hacer poca publicidad. En el precio del producto debe incluirse un porcentaje para la publicidad.
Un día, un borracho se acercó a un caballero y le dijo:
—Deme una moneda de diez centavos, por favor. Eso me ahorrará un dólar.
El caballero se sorprendió:
—¿Cómo puede ayudar una cosa tan pequeña?
—Decidí emborracharme esta mañana. Me gasté mi último dólar en whisky. Pero no fue suficiente para mí, y si bebo otros 10 centavos de whisky, mi dólar gastado no se habrá desperdiciado.
La novedad y la originalidad en la publicidad siempre dan buenos resultados. Un comerciante americano colgó un cartel sobre su tienda. Por un lado estaba el anuncio del producto. En el otro lado escribió: “¡Por favor no lean la parte de atrás!” Por supuesto, creó intriga. La gente leía el anuncio, y resultó ser una idea de marketing exitosa.
¿Qué publicidad es más eficaz? Es casi imposible de responder. La publicidad en los periódicos es una buena opción. Pero no la única. Ponga anuncios en todas partes. Y no necesariamente tiene que ser publicidad impresa.
Una vez en una subasta vendían entradas para un concierto de una cantante muy famosa. Y la primera entrada para la primera fila fue comprada por 225 dólares. Ese precio era 10 veces más alto que el precio original de la entrada. Pero el comprador estaba seguro de que su inversión volvería a él con una buena ganancia.
—¿Quién hizo esa oferta? —preguntó al anfitrión de la subasta.
—El sombrerero, John Jenin —le respondieron.
A esta subasta asistieron cientos de las personas más ricas y famosas de la ciudad. Y muchas de ellas se preguntaban quién era el sombrerero que compró la entrada tan cara. Durante los siguientes años este sombrerero vendió miles de sombreros gracias a una publicidad tan inusual.
La honestidad es la mejor garantía de éxito
La honestidad y el buen nombre son más valiosos que todos los diamantes del mundo. El viejo banquero le enseñaba a su hijo: “Si puedes, gana tu dinero honestamente, pero gánalo”. Las palabras “si puedes” no son irónicas. Es difícil hacerse rico de manera tramposa. El engaño y la criminalidad se descubrirán rápidamente. Después de eso, no será respetado. La honestidad es la mejor garantía en el comercio. Si un hombre de negocios tiene pensamientos puros y principios sólidos, el éxito le espera. Se confiará en él y se le respetará. La autoridad moral es tan importante para un hombre de negocios como lo es el capital.
Un negocio exitoso no significa tener mucho capital. Si los negocios le permiten no ser pobre y tener ingresos mayores que los gastos, entonces eso es capital y riqueza. El sueño de tener mucho, muchísimo dinero es un sueño poco saludable. Sí, el dinero algo es bueno (realmente bueno) si está en las manos de una persona sensata y bondadosa. El dinero hace nuestras vidas más cómodas, nos permite criar a los niños, y ayuda a los necesitados. Es el deber de toda persona rica ayudar a los pobres. Pero esta ayuda debe ser razonable y sistemática. No ayude a los que piden en nombre de Cristo, este es un especial negocio criminal. ¡Ayude a una pobre, pero honesta familia que conozca! Ayude a educar al niño de la familia, a pagar sus estudios en colegio, dé a la familia ropa nueva en la festividad, hágalos felices. Ayude a una viuda pobre con sus hijos, cure a los pobres, pague al médico y al farmacéutico por ellos; abra colegios, hospitales y clínicas. Pero nunca dé a los mendigos.
Estas son las condiciones y los propósitos bajo los cuales todo hombre debe esforzarse por la riqueza.
Sea cortés con sus clientes
La cortesía es la mejor inversión que puede hacer en su negocio. Ninguna cantidad de publicidad ayudará si usted o sus empleados son groseros con sus clientes. Nunca volverán.
El vendedor de entradas de mi museo me dijo una vez que quería azotar a uno de los visitantes cuando este saliera.
—¿Por qué?
—Dijo que no era un caballero.
—Está bien, pero él está pagando y puede permitírselo. Si lo azotas, no volverá y perderé dinero.
—Pero entonces tiene que pagarme más para que lo aguante —dijo el empleado.
No hable de más
Nunca hable de más. Podría revelar secretos comerciales. Es una desventaja para usted. Tenga cuidado al escribir cartas de negocios. Especialmente no hable de que está perdiendo dinero. De esa manera perderá su reputación.
Si le escriben, intente responder inmediatamente.
Lea periódicos
Lea periódicos que sean creíbles. Un hombre de negocios debe conocer las noticias del país y del mundo. Los periódicos pueden dar pensamientos útiles e ideas de proyectos. En estos días de telégrafo y vapor, hay muchos inventos e innovaciones. Si no los sigue, se quedará sin negocio.